Boeing despide a su CEO dentro de una crisis que no cesa
Después de fallar en contener una crisis que le ha costado a la empresa 9 mil millones de dólares, daño a proveedores y aerolíneas y amenaza con detener el ritmo de crecimiento económico de Estado Unidos, el CEO de Boeing fue despedido.
Dennis Mullenburg falló, repetidamente, en detener las consecuencias de dos accidentes fatales en Indonesia y Etiopía del avión más vendido de la compañía, el 737 MAX, que mataron a 346 personas en un lapso de cinco meses. Los accidentes desataron la peor crisis en los 103 años de historia de Boeing.
Mullenburg, un ingeniero que comenzó en Boeing como pasante en 1985, dirigía a una de las empresas más importantes del mundo desde julio de 2015. En 2018 recibió una remuneración por bonificaciones y capital de unos 20 millones de dólares. Sobre la base de documentos presentados por Boeing ante la comisión de valores, Reuters afirma, que Mullenburg podría ser elegible para recibir 39 millones de dólares por el despido. El mes pasado Boeing dijo que Mullenburg se había ofrecido para renunciar a sus premios y bonificaciones de 2019.
La junta directiva deliberó todo el fin de semana y decidieron defenestrar a su CEO en una llamada telefónica el domingo. “La junta directiva decidió que era necesario un cambio en el liderazgo para restablecer la confianza”, dijo Mullenburg en una declaración.
La semana había terminado con dramáticos reveses para Boeing. Se vio obligada a detener la producción del MAX, recibió una reprimenda pública de la Administración Federal de Aviación (FAA), sus calificaciones fueron degradada y falló en realizar un lanzamiento especial previsto para el viernes.
El fabricante de aviones más grande del mundo será dirigido por David Calhoun, un ex ejecutivo de General Electric a partir del 13 de enero. Mientras tanto, Greg Smith el Director Financiero estará a cargo de la empresa.
Boeing está enfrentada con otro fabricante de aviones, el europeo Airbus, por el liderazgo de una industria que genera 150.000 millones de dólares al año. Mullenburg falló en conjurar la crisis, que ha ido incrementándose. Además de la investigación del FAA, el Departamento de Justicia de Estados Unidos tiene en curso una investigación criminal que envuelve el proceso de fabricación de los 737 MAX.
El MAX está en tierra desde marzo. La empresa anunció que detendría la producción del MAX en enero, después de que había mantenido las líneas de montaje abiertas y almacenado 400 aviones para estar listos para un regreso al vuelo. Los intentos por arreglar las relaciones con los reguladores estadounidenses e internacionales que les permitiría que el avión regrese al aire han fracasado hasta ahora.
Las acciones de Boeing han caído en más de un 20% desde la crisis.
El presidente del comité de transporte de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Peter DeFazio, dijo que la salida de Dennis Mullenburg se había retrasado mucho tiempo. “Bajo su vigilancia, una empresa admirada desde hace mucho tiempo tomó una serie de decisiones devastadoras que sugieren que el beneficio tenía prioridad sobre la seguridad”, agregó.
Desde hacía meses corrían rumores de que Mullenburg sería despedido. Estas especulaciones se intensificaron en octubre cuando la junta lo despojó de su título de presidente. Sin embargo, Mullenburg a quien se le atribuye detener una caída de la división de defensa de Boeing y haber remodelado la gestión de la empresa, había recibido expresiones de confianza de quien había asumido el cargo de presidente, Calhoun.
Algunos expertos consideran que al mantener a Mullenburg por tanto tiempo, Boeing ignoro un punto básico del manual de comunicaciones de crisis. En casos como estos “quieres traer a alguien del exterior para traer una nueva perspectiva para ‘salvar el día’”, dijo Paul Argenti, profesor de la Escuela de Negocios Tuck de Dartmount. “Él ha debido irse hace tiempo. Él es parte del problema”.